sábado, 1 de octubre de 2011

El mundo está en constante cambio. Las herramientas convencionales que se suelen emplear para conseguir ciertos objetivos quedan obsoletas y caen en desuso. En su lugar, aparecen nuevos medios y formas que desbancan los empleados anteriormente y se establecen como referentes, pese a que las antiguas no lleguen a desaparecer, o se sigan empleando.

Conocemos algunos casos: la radio fue sustituida por la TV a principios de siglo como principal medio de comunicación de masas debido a la facilidad comunicativa que da la incorporación de la imagen. Lo mismo pasa ahora con internet. Internet facilita la selección por parte del usuario y da muchas posibilidades comunicativas y, por ello, está siendo empleada por muchos como medio para saltar a la fama. Aquí, en este enlace, tenemos algunos ejemplos.

No hablo sólo de famosos reconocidos estilo Justin Bieber como vemos en el enlace anterior, sino también de aquellos otros “famosos”, los que han conseguido saltar al mundo de los “tags” del momento gracias a los virales que llevan a alguien con ningún tipo de habilidad especial aparente a la fama. Todos hemos oído hablar del fenómeno “Batamanta”, “Amazing Horse” o el últimamente más conocido como “The Observer”, muy famoso gracias a las redes sociales.

La publicidad está viviendo un momento de cambio trascendental. Las herramientas tradicionales se están quedando desfasadas y están buscando muchas formas y formatos innovadores para llegar y quedarse en la mente de los consumidores o clientes. De hecho, es la publicidad más creativa e inesperada la que termina siendo la que realmente establece algún tipo de actitud o despierta alguna necesidad en los jóvenes, quienes ya se sorprenden con muy poco.

Google Street View comenzó a funcionar en 2007. Pasan cuatro años desde su creación y, al igual que el famoso buscador de su compañía creadora, la gente está tardando un tiempo en sacarle todo su jugo. Muchos se quedan en la controversia de la supuesta violación de privacidad que esta herramienta supone, (como en muchos países se ha denunciado) pero poca gente sabe emplear la aplicación como una herramienta realmente útil.

Vamos a obviar todo el más que tratado tema de la privacidad de Street View y las numerosas denuncias a Google para centrarnos más en sus posibles utilidades y pros que en los contras que tiene, la cuestión más sencilla de destacar. Muchos hechos se han hecho famosos debido a que se dieron en una situación concreta en el lugar indicado en el momento justo en el que las cámaras les enfocaban. La cagada de pájaro más famosa de Google ha dado la vuelta al mundo, al igual que la inexplicable imagen de un hombre saliendo de un maletero o la fotografía de la escena de un crimen.

Al punto al que quiero llegar es que Google Street View ofrece muchas oportunidades y mucha gente se ha hecho famosa sin quererlo, pero… ¿Y si llegan a buscar el éxito? Saber cuando va a pasar el coche de Google no es complicado (pese a que sea cada cierto tiempo) y buscarle algún uso útil para uno mismo no tiene más frontera que la de la propia imaginación. Cuánta gente anónima se ha hecho famosa en internet o en las redes sociales gracias a una simple foto. Aquí tenemos algunos ejemplos:









































































Pero no es una herramienta útil sólo para quienes quieran ser inmortalizados en alguna situación que les hará entrar en fugaz paseo de la fama que es Internet. El concepto de idear espacios dentro del mundo virtual transcrito para la publicidad lleva poco tiempo existiendo, pero está ahí, Google tiene esta nueva herramienta en desarrollo y está en fase de preparación para las empresas que quieran incorporar su publicidad este nuevo universo de posibilidades.

Google Street View no es más que una nueva herramienta que ofrece numerosas oportunidades aún por descubrir. Mientras unos están preocupados por la posibilidad de violación de intimidad, otros pueden aprovechan la notoriedad que ese conflicto puede añadir a la ya más que famosa aplicación y destacar sobre el resto.

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